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UNA DÍA PARA RECORDAR. ASÍ LO VIVIMOS EN FLOR DE LIMA

Foto del escritor: FLOR DE LIMA FLOR DE LIMA

Actualizado: 18 oct 2018




Transcurría una mañana normal, teníamos un pedido para un desayuno corporativo, así que nos fuimos muy temprano al mercado de Jamaica a comprar lo necesario. Llegando al taller tomamos un descanso para tomar un café y planear el día (ese día nada fue como lo planeamos).


Era mediodía y comenzamos a limpiar la flor, a hidratarla; nos expandimos por todo el taller, había flores por todo el piso, botes con agua, bolsas de basura, la mesa de trabajo, el escritorio con las computadores y celulares.


Ese día decidí sentarme en el piso y limpiar las flores desde ese cómodo lugar, no me había percatado de que estaba justo tapando la entrada.


Recuerdo perfecto que ese día Karen, Jesús y yo estábamos muy concentrados, era un día de mucho trabajo. Era la 1 pm e íbamos un poco atrasados pero no pasaba nada adelantaríamos mucho antes de la comida.


Llego la 1:14 pm ese momento en el que todos los planes cambiaron y no para bien.


Comenzó a moverse todo, Jesús grito "esta temblando" yo no reaccione, y tenia un camino de flores justo en el pasillo que daba a la puerta, tomamos nuestros celulares, las llaves y salimos como pudimos, pisando las flores que estaban en nuestro camino, íbamos de un lado a otro chocando contra las paredes, esos metros del taller a la calle se hicieron eternos.


Afuera ya había mucha gente, muchos llorando, todos con miedo, frustración e incertidumbre. Recuerdo perfecto que paso el sismo, hablamos con nuestras familias y amigos y afortunadamente todos estaban bien, esos nos lleno de tranquilidad.


Esperamos alrededor de una hora en la calle, nos metimos al coche a escuchar la radio, no teníamos luz, escuchamos las noticias sobre los primeros derrumbes, estábamos impactados.


Regresamos al taller y sin decir una palabra seguimos trabajando, queríamos olvidar lo sucedido, no queríamos ver lo que pasaba. En ese momento las flores nos dieron mucha tranquilidad, nos dieron paz por unos minutos. Horas después salimos a buscar comida y fue ahí justo en ese momento en que vimos todo lo que estaba sucediendo, nuestras miradas se llenaron de lagrimas y quedamos paralizados.


Regresamos al taller y decidimos seguir trabajando pues las flores nos daban esa tranquilidad que necesitábamos y el pedido seguía en pie, en el taller había un silencio profundo pero en la calle no dejaban de sonar patrullas, ambulancias, helicópteros, era una combinación de sonidos apabullante.


El taller se convirtió en un refugio de amigos, estando en una zona tan céntrica ayudo para que amigos y familiares se refugiaran en un lugar seguro, pues no podían llegar a sus casas. Al llegar veían un mundo de flores y eso por lo menos les sacaba una sonrisa a su llegada.


La tarde y noche transcurrió entre flores, familia y amigos.


Ese día que nunca olvidaremos vimos y vivimos mucho dolor y temor pero entre todo, ellas, las flores, estuvieron ahí acompañándonos y recordándonos que la vida es frágil pero que nada impide que la vivamos al máximo.


Por Monserrat Medina




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